Mucho se habla del consumo de fibra, pero pocos saben de sus
beneficios.
¿Por qué cada vez que consumimos harinas nos sugieren que
sean integrales? Una pregunta frecuente
en el consultorio.
La fibra es esa parte de los alimentos que nos ayudan a que
todo lo que está circulando en la sangre, que no debe estar, sea encapsulado y
liberado a través de la materia fecal.
Se encuentra principalmente en los productos de origen
vegetal (frutas y verduras), las harinas integrales y los productos derivados,
las legumbres, semillas, frutos secos, entre otros.
Previene las enfermedades cardiovasculares, donde arrastra
el colesterol al intestino y lo elimina a través de las heces, impidiendo que
este se adhiera a las paredes de los vasos sanguíneos y forme placas de
colesterol.
Regulan el funcionamiento del sistema digestivo, ya que al
absorber agua aumenta el volumen de las heces, haciéndolas más fluidas,
facilitando su expulsión; de esta manera previene el cáncer del colon y ayuda
al tratamiento de la diverticulosis.
El consumo de fibras también es beneficioso en el control de
la obesidad ya que su consumo aumenta la sensación de saciedad, por su
capacidad de absorber agua.
Se recomienda consumir de 20 a 35 gr de fibra al día,
aumentando el consumo de frutas y verduras, cereales integrales y legumbres al
menos una vez por semana. Además, acompañar con la ingesta de agua y ejercicio
regular para facilitar los procesos de absorción y aumentar sus beneficios.
Nunca deje de consultar a su profesional de confianza ante
cualquier situación particular de enfermedad o intolerancias.
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